El término innovación se
refiere a aquel cambio que introduce alguna novedad o varias en un ámbito, un
contexto o producto. Además, en el uso coloquial y general, el concepto se
utiliza de manera específica en el sentido de nuevas propuestas, inventos y su
implementación económica. En el sentido estricto, en cambio, se dice que de las
ideas solo pueden resultar innovaciones luego de que ellas se implementan como
nuevos productos, servicios o procedimientos, que realmente encuentran una
aplicación exitosa, imponiéndose en el mercado a través de la difusión.
La innovación incluye una
mejora, pero la mejora no necesariamente es una innovación. Una mejora es un
proceso incremental, es decir, que cambia algo ya existente, mientras que la
innovación es revolucionaria.
Cuando alguien innova aplica
nuevas ideas, productos, conceptos, servicios y prácticas a una determinada
cuestión, actividad o negocio, con la intención de ser útiles para el
incremento de la productividad. Una condición esencial de la innovación es su
aplicación exitosa a un nivel comercial, porque no solamente vale inventar
algo, sino que además lo destacado resultará ser introducirlo
satisfactoriamente y con repercusión en el mercado para que la gente lo
conozca, en lo que sería una primera instancia y luego para que pueda disfrutar
de la creación en cuestión.
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